Abogados, políticos y militares fracasaron en seguridad
En León se ha intentado de todo en la Secretaría de Seguridad Pública.
Un general del Ejército Mexicano: Miguel Pizarro. Y nada.
Una mujer militar: la mayor María Guadalupe Anguiano. Un fracaso.
Un agente del Ministerio Público: Francisco Javier Aguilera Candelas. Y no funcionó.
Un ex jefe de tránsito: Juan Manuel Portillo. Y no pasó nada.
Un político panista: Rito Padilla. Y pasó de noche.
Un académico: Francisco Javier Salazar Soni. Salió corriendo.
Ninguno ha dado resultado.
El último experimento, Luis Enrique Ramírez Saldaña, es el que más ha durado en el cargo. Más de tres años. Todos los demás han estado menos de un año en la corporación.
El cargo de Secretario de Seguridad de León es muy complicado. Tiene la presión de los medios, enfrenta conflictos internos y está obligado a bajar las ejecuciones. Si no, es despedido
El cargo de Secretario de Seguridad de León es muy complicado. Tiene mucha presión de los medios, enfrenta conflictos internos con comandantes y policías, y está obligado a bajar las ejecuciones en la ciudad. Si no, es despedido.
El Secretario es muy débil en León. Todos han salido por una crisis de seguridad. Por una serie de robos, por errores de los policías, por una ola de ejecuciones.
Cada vez que pasa algo violento, los periodistas y los políticos de oposición piden la cabeza del Secretario o del director, y no descansan hasta que se la cortan.
Es como un entrenador de futbol.
Una mala racha y está fuera.
Una goleada y está fuera.
Una mala temporada y lo corren de inmediato.
Ni siquiera le dan tiempo de hacer un plan serio a largo plazo.
No. El jefe de policía debe dar resultados en dos o tres partidos, de lo contrario, está despedido. Así le pasó al general Pizarro. Así le pasó a la Mayor Anguiano. A Aguilera Candelas. Y a Luis Enrique Ramírez Saldaña.