Hace seis años nadie hablaba de este nuevo delito: el robo de combustible de Petróleos Mexicanos (Pemex). El famoso huachicol. No era común. No existía. No era un problema serio en México.
Hoy, el huachicol es tal vez el problema más grave de nuestro país. El robo de combustible de Pemex ha causado pérdidas graves a la nación, pero sobre todo ha provocado una guerra mortal entre los cárteles de las drogas por el control de los ductos y del mercado.
Es impresionante. El mismo combustible del Gobierno ha desatado una guerra en Veracruz, Puebla, Estado de México y Guanajuato. Tan solo en Guanajuato hubo tres mil muertos en el 2018 y el 80 por ciento están relacionados con el huachicol.
Hoy, el huachicol es tal vez el problema más grave de nuestro país. Solo en Guanajuato hubo tres mil muertos en 2018 y el 80% tienen relación con este delito
De hecho, los narcotraficantes se han metido al control del huachicol porque deja tantas ganancias como las drogas.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo hace unos días que el huachicol provoca pérdidas anuales de entre 50 mil y 70 mil millones de pesos a la nación. El mismo AMLO ha dicho que el robo de combustible comienza en el interior de Pemex.
El huachicol se da en México desde hace décadas, pero solo en algunas regiones, como Guerrero o Sinaloa. Aunque la auténtica ‘Guerra del Huachicol’ comenzó hace seis años en las comunidades de México.
El peor año ha sido el 2018. Los cárteles de las drogas han peleado el control de los ductos de la gasolina, tramo por tramo, pueblo por pueblo, toma por toma, para robar el combustible y venderlo en la sociedad. Lo más grave es que toda la gasolina que es robada de Pemex siempre encuentra compradores.
El huachicol existe porque existen compradores de gasolina robada. Eso significa que el problema es todavía más grave de lo que se estimaba. La cadena de cómplices del huachicol es tan larga como el mismo ducto incontrolable de Petróleos Mexicanos.
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